LA EDUCACIÓN ALTERNATIVA III. LEON TOLSTOI (1828-1919).

El único método es el experimento y el único criterio pedagógico es la libertad”.

El escritor ruso creo en 1859 una escuela para los hijos de los campesinos, en una casa de campo que heredó de su madre. Las características de este colegio son las de la pedagogía no directiva, que rechaza la educación forzada y coercitiva, centrada sobre el orden, el terror, esfuerzos mnemónicos y atención.

 

En un contexto histórico y social en el que los campesinos están saliendo de la esclavitud secular, Tolstoi está a favor de la educación pero sin que ésta sea una nueva forma de servidumbre. Viaja por Europa visitando distintas escuelas y llegando a la conclusión de que hay algo erróneo en todas ellas, en su estructura y métodos.

 

Jasnaja Poljana es una escuela gratuita, experimental y antiautoritaria, sin programas, horarios, exámenes, edad escolar, métodos de enseñanza y obligatoriedad de asistencia. El aprendizaje se basa en “¿para qué sirve?”. La disciplina se convierte en autodisciplina. La formación parte de una libre madurez, el trabajo se elige libremente y bajo la propia responsabilidad. El papel del maestro, sin embargo, sigue siendo fundamental. La relación directa que se establece entre enseñante y alumno es central, el primero es un facilitador del aprendizaje del segundo, siguiendo sus necesidades y motivaciones.

 

El estudio es simplemente una respuesta a las preguntas de la vida. Tolstoi diferencia entre cultura, educación, instrucción y enseñanza. Como cultura define la suma de todas las fuerzas sociales que forman el carácter de un individuo. La educación es el intento intencionado de dar a la persona un tipo de carácter y comportamiento determinado. La diferencia entre ambos es el carácter coercitivo de la segunda. “La educación es cultura obligatoria. La cultura es libre”. La instrucción es la transmisión de los conocimientos de una persona a otra, mientras que la enseñanza es la transmisión de capacidades. Ambas son procesos culturales mientras son libres, pero se convierten en procesos educativos cuando se imponen al alumno y cuando sólo se enseñan aquellos temas que el maestro considera necesarios.

 

La escuela viene definida como la actividad consciente de aquellos que trasnmiten cultura a aquellos que la reciben. Para él, el no interferir significa garantizar al individuo la total libertad de acceder al tipo de enseñanza que responde a sus exigencias, a lo que aspira, y de evitar la enseñanza que no responde a sus exigencias y a la que no aspira. No debería, por tanto, recurrirse a programas prestablecidos, sino dejar libertad a los maestros de enseñar lo que consideren necesario, pero regulando la oferta en función de la demanda de los alumnos.

 

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LA EDUCACIÓN ALTERNATIVA II. WILLIAM GODWIN (1756-1836).

William Godwin fue un filósofo inglés que afirmaba que cualquier tipo de instrucción impartida por cualquier estado o iglesia era un instrumento de propaganda que, en vez de favorecer el desarrollo del libre pensamiento, lo obstaculizaba hasta convertirlo en inmóvil y uniforme. Hoy en día es poco conocido, pero en su momento fue de gran influencia sobre el anarquismo pacifista inglés.

 

A finales del siglo XVIII y comienzos del XIX, las sociedades europeas vivieron la transición de muchas monarquías a repúblicas. En este período se comienza con la escolarización estatal en masa, y Godwin escribe su ensayo sobre el tema. Para él, la fé en la capacidad de la razón humana implica una sociedad en la que cada individuo sea soberano, no una república con cambios periódicos de la clase dominante. En 1783 abre una escuela, pero el fracaso le lleva a consolidarse como escritor, publicando “Enquiry Concerning Political Justice” criticando el concepto de estado y también “The Enquirer”, el primer ensayo libertario sobre la educación.

Godwin está convencido de que los contenidos en la enseñanza pública estarán diseñados para satisfacer los fines del poder político, su desconfianza en el estado se ve reflejada en esta crítica. Continuando con la idea del antiautoritarismo, afirma que la educación debe estimular la libertad individual y ello sólo sucede si sigue los intereses del alumno, no la autoridad del educador. Al niño se le debe reconocer su porción de independencia, un verdadero respeto lleva a excluir posturas coercitivas. La educación es un medio, no un fin. Su objetivo es la felicidad lograda a través del saber, en un clima de confianza y serenidad. Los maestros deben estimular al alumno, reforzando la actitud positiva ante el aprendizaje, ayudando a superar los problemas y dificultades, proporcionando apoyo. El respeto a la autonomía del niño lleva a un mejor aprendizaje, y es distinto del abandono con el que algunos lo confunden.

 

LOS HOMBRES Y LA CONCILIACIÓN FAMILIAR.

What happens when men put familiy first, de Suzanne Braun Levine es uno de los libros que he leído recientemente. Habla de los problemas que encuentran algunos hombres para conciliar trabajo y familia, para encontrar su propio modo de ejercer de padres, de las dificultades con sus parejas.

 

La autora ha entrevistado muchas parejas, centrándose en los hombres. Muchas frases me han rechinado y tantas de las situaciones que describe me han parecido una pesadilla. Pero, a pesar de todo, me ha hecho reflexionar.

 

Habla de familias estadounidenses a finales de los 90, con lo que he encontrado diferencias notables respecto a Europa, que es lo que conozco mejor y más de cerca me toca. Por ejemplo, el hecho de que algunos de los hombres que entrevistó decidieran no trabajar el fin de semana para estar con sus familias puede ser revolucionario y transgresor en su sociedad, pero desde luego no lo es en Europa.

 

Afirma que a finales de los 70, en el entorno profesional, todo el mundo esperaba que los hombres se comportaran como si el trabajo fuera el único de sus compromisos y no tuvieran vida más allá. Pero las expectativas respecto a los padres continúan siendo distintas respecto a las madres, aunque se quiera disfrazar todo ello con una capa de comprensión y se hable mucho de conciliación familiar. A los hombres, cuenta, se les da a entender que es mejor pedir un día por enfermedad que por motivos familiares. Y tanto unos como otras saben que si hacen valer sus derechos sus carreras profesionales se estancan. Sin embargo, afirma, las mujeres cuentan con comprensión, simpatía, aprobación cuando lo hacen, mientras que los hombres no, enfrentándose generalmente no sólo a un empeoramiento de su situación económica sino también a una falta de apoyo en la vida doméstica.

En fin, tendré que presentarle a la autora a algunas mujeres que han contado y cuentan con comprensión, simpatía y aprobación cuando se han pedido una reducción de jornada o una excedencia. Supongo que es duro cuando se es hombre porque es cierto que de ellos no se espera que lo hagan, pero de ahí a pensar que es un camino de rosas para las mujeres, va un buen trecho.

 

Cuenta cómo un hombre se declara satisfecho de haber encontrado la fórmula para conciliar: ha conseguido, gracias a las nuevas tecnologías, estar en red 24 horas al día y no necesitar por ello ir tanto a la oficina, así pasa más fines de semana con su familia. Eso sí, no dice si su familia está de acuerdo, lo mismo siempre que le ven anda pegado a un ordenador y respondiendo distraídamente que sí a sus preguntas sin levantar la cabeza.


 

En otro caso hace hincapié en la presión que sufre un empleado que, inevitablemente, debe viajar con cierta frecuencia. Y hace malabares para no tener que hacerlo en la fecha del cumpleaños de su hija. A pesar de advertir a su jefe con mucha antelación que no piensa perdérselo por segunda vez, éste le advierte que hay una importante reunión para entonces. La propuesta es que se lleve al viaje a la familia, pero la niña quiere pasar la fiesta con la gente que para ella es importante, no sólo con los padres. El jefe presiona y presiona, pero el empleado finalmente decide enviar a otra persona a la que ha informado adecuadamente de lo que tiene que hacer en esa reunión.

Me gustaría saber las consecuencias de esta decisión, sobre todo si hubiera sido una mujer. Qué pena que el libro no cuenta si este hombre fue penalizado profesionalmente por esta decisión. Parece ser que no. Lo que sí me ha gustado es la conclusión de la autora, que el jefe no aprobaba la decisión por mucho que estuviera afirmando que tenía su apoyo, porque si hubiera sido así no hubiera presionado para que fuera a la reunión, proponiendo el viaje en familia.

 

También cuenta cómo algunos hombres antes de disfrutar las políticas empresariales de conciliación, van dando pasos pequeños y verificando cuáles son las reacciones, antes de atreverse a dar otro paso más allá. Temen quedarse fuera de las promociones y que si disfrutan de las ventajas que les dan, proyecten la imagen de ser poco ambiciosos y no querer tener una carrera. Tienen miedo y quieren proteger su imagen.

 

Otros han renunciado a brillantes carreras cuando se han convertido en padres y se han reorganizado, cambiando trabajo si era necesario, para poder dar prioridad a sus hijos. Algunos son los que salen a su hora de la oficina, aún cuando notan todos los ojos que les miran. Y cuenta que se reconocen entre ellos, que se dan cuenta de por qué el otro se está marchando, pero que ninguno habla del tema en voz alta…

 

Según el libro, las mujeres se organizan de manera distinta, buscan más apoyo entre ellas. Si surge un curso para los niños el sábado, en tres o cuatro sesiones ya se han puesto de acuerdo para turnarse a ir a buscar a los niños y llevarles a casa. Los hombres apenas hubieran intercambiado saludos y poco más.

Una buena dosis de tópicos, ¿no?.

EDUCACIÓN ALTERNATIVA I. La educación libertaria.

Empezamos una revisión de la educación alternativa, comenzando por la libertaria. Próximamente William Goldwin.

El término libertario se usa a menudo como sinónimo de anárquico o casi-anárquico, para referirse a teorías y prácticas de tipo anti-jerárquicas y anti-autoritarias. No siempre se refieren necesariamente al anarquismo, aunque el nombre indique lo contrario. Además, si bien la pedagogía libertaria suele basarse en el anarquismo, no es su única referencia.

La educación libertaria busca demostrar que existen otras formas de relacionarse entre los individuos, basadas en la libertad y el consenso, que den lugar a organizaciones no coercitivas y solidarias.

Un aspecto importante es que se educa para dudar, porque se piensa que el error es una fuente educativa extraordinaria. Pero básicamente hay dos modelos de educación libertaria.

Uno que se podría definir como negativo, en el que el educador observa e interviene lo menos posible, pensando que eliminando la coerción se produce un desarrollo espontáneo a la libertad. Intenta no imponer normas ni modelos. El producto de este tipo de enfoque podría ser una persona que adopta normas y comportamientos completamente distintos de los nuestros.

El segundo modelo sería positivo o formativo-constructivo. Parte de la idea de que el niño no es ni bueno ni malo, sino que puede desarrollar en una u otra dirección dependiendo del ambiente en el que vive. Suele proponer comunidades educativas en las que cultivar todos los potenciales del individuo.

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Diferenciando poder de dominio.

El poder no es malo per se, pero sí lo es instrumentalizarlo. Los libertarios rechazan la estrecha relación entre dominio y autoridad impuesta con diversas justificaciones, no el poder en sí, que no sólo es imposible de eliminar sino que es también una herramienta para la libertad individual.

El poder da la posibilidad de hacer, mientras que el dominio significa ser el dueño absoluto de personas y cosas sometidas a la autoridad.

Las modalidades de dominio existentes en la humanidad (del hombre sobre la mujer, del ser humano sobre la naturaleza, del adulto sobre el niño) no creemos que sean las deseables en el ámbito educativo.

La educación libertaria debería proporcionar las herramientas para analizar el dominio y autoinmmunizarse. Para ello busca que los estudiantes intuyan cuáles son los mecanismos de poder existentes en las relaciones cotidianas, y cuáles los espacios de libertad en la situación concreta en la que se encuentran.

Tener autoridad sobre otra persona implica poder influenciarla, directa o indirectamente, conscientemente o no, para inducirla a un determinado comportamiento y convicciones.

De pequeños, los seres humanos necesitamos tutores que nos guíen, que nos ayuden a crecer, pero sin olvidar que cada niño se desarrolla de manera distinta, siguiendo diferentes direcciones y posibilidades. Si se considera el proceso educativo completo, es la historia de cómo las distintas autoridades han influido sobre el niño. Gran parte depende de la intensidad y de la calidad de la influencia. La autoridad en la educación puede ser, en ciertos aspectos, inevitable. Pero si se ha de ejercer, entonces, se debe hacer con respeto.

Erich Fromm distingue entre autoridad coercitiva y autoridad anónima. La primera se ejerce abiertamente, explícitamente, mientras que la segunda tiende a esconderse, afirmando que todo se realiza con el consenso del individuo. En el primer caso se puede emplear la fuerza física, frente al segundo que emplea la manipulación psicológica. Pasar de la primera a la segunda se ha debido a la organización necesaria para permitir la existencia de la sociedad industrial moderna. En ella, grandes masas de operarios y oficinistas trabajan juntos, y cada individuo es parte de una maquinaria que debe planificarse en cada pequeño detalle para que funcione bien. Ello es posible si la autoridad se transforma en la autoridad anónima de la persuasión y de la sugestión. El sistema económico debe crear individuos que cooperen sin dificultad, que deseen siempre consumir más y de aquello que crea mayores beneficios, con gustos estandarizados, fácilmente influenciables y que crean ser libres e independientes a pesar de comportarse como se espera que lo hagan.

Frente a ello nos encontramos con la libertad, entendida como el poder que se opone al dominio. Ser dueño de sí mismo es un concepto importante en la educación libertaria, porque va más allá de la libertad política y de igualdad ante la ley, enfatizando en el control de las propias convicciones y acciones. De poco sirve la libertad política si las acciones de un individuo son guiadas por una autoridad interiorizada de la que no se puede huir, producto de una imposición religiosa, del tipo de educación o de la instrucción recibida en los primeros años de vida. La mayor parte de los sistemas pedagógicos tienen como objetivo la interiorización de creencias o el desarrollo de una conciencia que sirva de soporte a la estructura social existente. Aspirar a ser dueño de uno mismo pasa por un sistema educativo que permita sustraerse a la autoridad interiorizada y a la dominación ideológica, yendo a métodos antiautoritarios.

La libertad no se enseña, se demuestra con hechos.

La educación pública y la pedagogía radical son conceptos contrarios, porque la primera viene de la mano de la estructura social dominante, y está hecha para reforzar dicha estructura. La escuela puede claramente reformarse y mejorarse, pero no lleva a cambios sociales de base. Las ideas de rechazo de la escolarización son áreas temáticas para pensadores como Godwin, Ferrer o Illich. Ellos afirman que la escuela se ha transformado para plasmar las creencias sociales y la moral de la masa en favor de las élites dominantes.

Crítica a la escolarización.

En los siglos XIX y XX se comienza a producir una obligatoriedad de instruir a todos en escuelas financiadas y reguladas por el estado. El objetivo de la escolarización en masa es la formación del ciudadano trabajador para el nuevo estado industrial. No es de extrañarse, por tanto, que quien busca una transformación radical de la sociedad asuma una postura crítica respecto a las instituciones educativas.

Las críticas más frecuentes son:

  • Que el control estatal siempre lleva inevitablemente a producir ciudadanos que obedezcan las órdenes del estado, aún cuando vayan en contra de sus propios intereses, que apoyen la autoridad del gobierno aún cuando sea contraria a la razón y a los intereses individuales.
  • Que la escuela busca formar individuos dispuestos a aceptar un trabajo aburrido, monótono, privo de satisfacciones personales.
  • Que las instituciones educativas han creado el mito de la movilidad social. Los títulos de educación son la base del valor social del individuo y la base para obtener privilegios sociales. Y ello a pesar de que los títulos son distribuidos en función de la división de clases de la sociedad. En realidad, en vez de favorecer la movilidad de clases sociales, la ha reforzado.

Hay una diferencia entre escolarización y educación. La primera sería un método planificado de socialización dispuesto a formar ciudadanos y trabajadores obedientes a través de un sistema de controles institucionales. Mientras que la educación sería la consecución de un conocimiento y una capacidad con las que transformar la realidad y desarrollar al máximo la autonomía individual, un medio de emancipación individual.