LA EDUCACIÓN ALTERNATIVA XI. Paulo Freire (1921-1997).

Los profesores contestan a preguntas que los alumnos no han hecho.

Uno de los pedagogos más conocidos de la segunda mitad del siglo XX fue el brasileño Paulo Freire. Gran parte de su actividad profesional está relacionada con la enseñanza a adultos del tercer mundo, concretamente en programas de alfabetización.

La base de su pensamiento es que no se puede negar a las personas el derecho a serlo plenamente, es decir, a ser libres constructores de su propio futuro. Para ello, hay dos posibilidades en el frente educativo: o se está al servicio de la opresión, del dominio, o se produce un proceso de liberación. La educación, por tanto, puede ser dominante (mera transmisora de nociones) o liberadora (toma de conciencia). Ésta última no busca esconder la verdad sino revelarla.

El objetivo de Freire no era tanto la alfabetización como la toma de conciencia, pero de una nueva conciencia crítica de la propia situación y de la posibilidad de liberación. La dificultad se encontraba en cómo hacer posible que la alfabetización se conviertiera en dicho proceso de toma de conciencia. La solución la encontró en cambiar la enseñanza tradicional, como pura memorización de palabras fuera de un contexto existencial.

Los campesinos brasileños eran vistos por él como víctimas de la cultura del silencio, mantenidos en estado de ignorancia, sin comprender las fuerzas que originaban su miseria. El lenguaje, mediante la alfabetización, buscaba ser un motor de cambio. Evita entonces la educación “depositaria”, que busca alumnos disciplinados, estáticos, a los que se puede enseñar a leer y escribir sin que ello implique una experiencia existencial. Por el contrario, una educación activa, basada en el diálogo que hace que educador y estudiante evolucionen juntos, hace que ninguno de los participantes imponga su punto de vista, dando a ambos igual dignidad. La relación es horizontal, no jerárquica y tiene como objetivo comunicar, no transmitir comunicados.

A través de cuadros, diapositivas, películas, representaciones teatrales, etc, la persona toma distancia para ver su experiencia, y después se discute sobre el tema. Las codificaciones deben representar situaciones conocidas por los individuos, simples en su complejidad, y ofrecer diversas posibilidades de análisis. Si los estudiantes se reconocen en la situación, se descodifica, que es la lectura de la palabra en relación con la realidad. Se descompone la palabra en sílabas, recombinándolas para generar nuevas palabras. Son así, sujetos activos, capaces de crear nuevas palabras.

El profesor actúa más bien como un coordinador, que proporciona las informaciones solicitadas por los participantes y procura unas condiciones favorables a la dinámica del grupo. No debe influir ni mucho menos imponer. Nada debe ser impuesto, todo debe aprenderse dialogando y discutiendo.

Anuncio publicitario

Los e-derechos de los niños y las niñas.

Anteriormente escribí sobre los Derechos Naturales de los Niños y Niñas, de Gianfranco Zavalloni. Hoy vuelvo con más derechos, esta vez los e-derechos, según UNICEF.

1.Derecho al acceso a la información y la tecnología, sin discriminación por motivo de sexo, edad, recursos económicos, nacionalidad, etnia, lugar de residencia, etc. En especial este derecho al acceso se aplicará a los niños y niñas discapacitados.

2. Derecho a la libre expresión y asociación. A buscar, recibir y difundir informaciones e ideas de todo tipo por medio de la Red. Estos derechos sólo podrán ser restringidos para garantizar la protección de los niños y niñas de informaciones y materiales perjudiciales para su bienestar, desarrollo e integridad; y para garantizar el cumplimiento de las leyes, la seguridad, los derechos y la reputación de otras personas.

3. Derecho de los niños y niñas a ser consultados y a dar su opinión cuando se apliquen leyes o normas a Internet que les afecten, como restricciones de contenidos, lucha contra los abusos, limitaciones de acceso, etc.

4. Derecho a la protección contra la explotación, el comercio ilegal, los abusos y la violencia de todo tipo que se produzcan utilizando Internet. Los niños y niñas tendrán el derecho de utilizar Internet para protegerse de esos abusos, para dar a conocer y defender sus derechos.

5. Derecho al desarrollo personal y a la educación, y a todas las oportunidades que las nuevas tecnologías como Internet puedan aportar para mejorar su formación. Los contenidos educativos dirigidos a niños y niñas deben ser adecuados para ellos y promover su bienestar, desarrollar sus capacidades, inculcar el respeto a los derechos humanos y al medio ambiente y prepararlos para ser ciudadanos responsables en una sociedad libre.

6. Derecho a la intimidad de las comunicaciones por medios electrónicos.
Derecho a no proporcionar datos personales por la Red, a preservar su identidad y su imagen de posibles usos ilícitos.

7. Derecho al esparcimiento, al ocio, a la diversión y al juego, también mediante Internet y otras nuevas tecnologías. Derecho a que los juegos y las propuestas de ocio en Internet no contengan violencia gratuita, ni mensajes racistas, sexistas o denigrantes y respeten los derechos y la imagen de los niños y niñas y otras personas.

8. Los padres y madres tendrán el derecho y la responsabilidad de orientar, educar y acordar con sus hijos e hijas un uso responsable de Internet: establecer tiempos de utilización, páginas que no se deben visitar o información que no deben proporcionar para protegerles de mensajes y situaciones peligrosas, etc. Para ello los padres y madres también deben poder formarse en el uso de Internet e informarse de sus contenidos.

9.Los gobiernos de los países desarrollados deben comprometerse a cooperar con otros países para facilitar el acceso de éstos y sus ciudadanos, y en especial de los niños y niñas, a Internet y otras tecnologías de la información para promover su desarrollo y evitar la creación de una nueva barrera entre los países ricos y los pobres.

10. Derecho a beneficiarse y a utilizar en su favor las nuevas tecnologías para avanzar hacia un mundo más saludable, más pacífico, más solidario, más justo y más respetuoso con el medio ambiente, en el que se respeten los derechos de todos los niños y niñas.