Los niños aprenden mayoritariamente involucrándose en conversaciones con sus padres, amigos, hermanos o personas cercanas. Sí, obviamente, también aprenden las palabras que escuchan en la tele. Pero la mayor diferencia es que la tele no habla de las cosas que interesan a los niños, mientras que sí lo hacen las personas con las que está en contacto. Principalmente porque la tele no interacciona ni se adapta ni responde a las iniciativas infantiles (por ejemplo, no responde a sus preguntas). La programación continúa tanto si se ha entendido como si no lo que se ha dicho.
Por tanto, lo que se puede aprender de la televisión es, sobre todo, vocabulario. Y más aún si es un programa dirigido a público infantil, ya que se pone a su nivel lingüistico. La clave para tener un vocabulario rico está en la conversación. Una gran limitación para los padres que piensan que poniendo videos en otro idioma su hijo lo aprenderá. Con ello tampoco quiero decir que hacerlo sea perjudicial, sino que, simplemente, no es lo mismo.