El futuro de la educación

El texto completo aquí, algunos párrafos a continuación. Buena lectura.

«El informe de los responsables de educación de la Comunidad de Madrid ha suscitado un interesante debate acerca de la formación que reciben los futuros maestros y por extensión sobre el estado en que se encuentra la universidad española.»

«Así como algunas críticas a la contraofensiva laboral y los recorte brutales en derechos sociales acometidos por el gobierno parecen añorar un potente Estado de Bienestar que nunca existió, así también algunas críticas contra la ofensiva privatizadora del gobierno en educación parecen añorar un modelo educativo completamente público, socialmente igualador y de calidad que también brilló por su ausencia. Que estemos peor no significa que antes estuviéramos bien, y la crítica a lo que de malo viene de atrás no implica favorecer a quienes aspiran a terminar de estropearlo. Es más, creo que esa crítica es necesaria para una defensa efectiva de lo público, porque los recortes y privatizaciones actuales son una intensificación de políticas que vienen de muy lejos. Aunque el incremento cuantitativo de esas acciones de acoso a lo público en los últimos meses esté derivando en una nueva campaña cualitativamente distinta, de aquellos polvos vienen estos lodos. Por otra parte, el debate ha querido polarizarse idealmente entre unos partidarios de la defensa de los contenidos disciplinares en la educación de supuesta tendencia conservadora y los partidarios de las nuevas pedagogías supuestamente progresistas.»

«

En cualquier caso, el gran problema que estamos sufriendo en la actualidad es el del desdoblamiento del sistema educativo, en todos sus niveles, en centros públicos masificados y desasistidos para estudiantes que serán carne de cañón del paro, la precariedad o la emigración y unos pocos centros privados muy mimados por el gobierno de turno y concebidos como espacio para la formación de élites gestoras. Si además de tolerar esta situación que condena a la mayoría de los estudiantes a la subalternidad les educamos mientras tanto en metalenguajes técnicos y en una tolerancia mal entendida, en lugar de hacerlo en una comprensión material, científica, rigurosa y crítica de la realidad existente y también en metodologías útiles para intervenir educativamente sobre ella, estaremos contribuyendo a que sean, además de más precarios, menos libres y más conformistas.»